*Las Brigadas Médicas de Alejandro Rosales, ¿Atención a la Comunidad o Campaña Disfrazada?*
En los últimos meses, hemos visto una creciente actividad en torno a las brigadas médicas gratuitas organizadas por el doctor Alejandro Rosales. Bajo el lema de "Salud y Bienestar", estas jornadas han llegado a diversas comunidades con servicios médicos gratuitos, lo cual en principio parece loable. Sin embargo, no podemos dejar de preguntarnos si realmente se trata de una labor altruista o si, más bien, estamos ante una estrategia encubierta de campaña política, como ha ocurrido con otros personajes en su momento, claro que con diversos argumentos y sin dejar en si un beneficio claro para la población.
Alejandro Rosales, conocido traumatólogo y respetado por muchos en su ámbito profesional, ha encabezado estas brigadas bajo un manto de ayuda social. Pero detrás de este esfuerzo aparentemente desinteresado, ha comenzado a sonar con fuerza la crítica de que se trata de una táctica para ganar terreno político. Las brigadas, que inicialmente se presentan como actos médicos, no solo se limitan a ofrecer servicios de salud, sino que también son un escenario perfecto para promover su imagen personal, lo que ha despertado sospechas, sobre todo de actores políticos que se preguntan cuáles son las verdaderas intenciones del Médico.
Es un hecho que las campañas políticas deben seguir tiempos y reglas claras, pero las acciones de Rosales parecen dirigirse a ganar simpatías más allá de lo médico, apelando al bienestar comunitario como una plataforma para posicionarse ante el electorado. El uso de slogans como #SomosMás, presentes en todas sus brigadas, refleja un esfuerzo evidente por construir una narrativa de unidad y cercanía que encaja más con un proyecto político que con una labor puramente médica, situación que ha empezado a tomar eco en varias colonias, sobre todo en aquellas que no se ven representadas por las autoridades locales en encabezadas por Juan Martínez Flores y Vania López González que han desempeñado un pobre y lamentable papel frente al Gobienro de Coalición Morena/ Partido Verde salpicando al Partido del Trabajo el cual ha sido relegado a nada durante esta administración.;
Aunque las brigadas proporcionan un servicio valioso, es innegable que también se están utilizando como una herramienta para establecer vínculos emocionales con la población, una estrategia clásica de quienes buscan un cargo público. Rosales no es el primero, ni será el último, en recurrir a este tipo de acciones para adelantar una campaña política bajo la bandera de la "ayuda social". La pregunta clave es si la comunidad se beneficiaría igual si no hubiera un interés político detrás.
No se debe desestimar el valor de llevar atención médica a quienes más lo necesitan, pero cuando este tipo de iniciativas se utilizan para autopromoción, se corre el riesgo de que la verdadera intención quede cuestionada. Las autoridades electorales deberían estar atentas, ya que actos como estos podrían caer en la categoría de actos anticipados de campaña, erosionando la confianza pública en el verdadero sentido de la labor social.
En resumen, las brigadas de Alejandro Rosales están en una delgada línea entre ser una acción desinteresada y un evidente acto político anticipado. Es responsabilidad de todos, especialmente de las autoridades competentes, vigilar que las reglas del juego se respeten. Porque en el fondo, la salud de la comunidad no debería ser utilizada como moneda de cambio político.
Sin embargo el mal desempeño de las autoridades locales y la falta de estos servicios es evidente, el rechazo a la autoridades locales, su mal funcionamiento han llevado a retirar del DIF la mayoría de los apoyos que este brindaba durante administraciones pasadas, por lo que la población necesita cubrir dichos servicios, aunque ahora sería bastante tarde para el Ayuntamiento encabezado por Juan Martínez Flores y Vania López encabezar una campaña de Salud municipal pues sería evidente el recelo político causado por el Médico Alejandro Rosales Calvario y sería una muestra de que las cosas no se hicieron en su momento.